Tú conoces
mi fortuna, amor,
que es el
ser un hombre afortunado
pues no
tengo casi nada
pero nada me
ha faltado.
Has caminado
conmigo en medio de pinares
entrelazadas
las manos conociendo poesía.
Te has
sorprendido, lo he visto,
de mi canto
silencioso que no quería velar
cantos del
bosque y sus sombras
con esa
orquesta de fondo de los vientos
y cascadas.
Conociste
mis tesoros en las gotas de rocío
y el ardoroso
amor robado a las verbenas.
Ya en el
punzó de su rojo latían corazones.
Olor a
lluvia y olor a tierra mojada. Noches quietas
y tardes
acompañadas.
Y del soñar
de tus ojos… tu ingenuidad sorprendida
derramaba en
mi fortuna esas tus fresas maduras.
Ya sabes que
mi fortuna, amor,
no es en
oros mensurable
y todo en
ella se plasma
en tu
contento… a mi lado.
Publicado en mi libro "Desde aquella Strelitzia". 2014
Publicado en mi libro "Desde aquella Strelitzia". 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario