Soñé anoche con versos que
versaban
un espléndido poema en mi entresueño.
Todo era deleite y me brotaban
una a una las letras encantadas.
Un impulso a escribirlo llenó mi
alma
pero el miedo al desvelo me
retuvo
mientras seguía la musa de la
noche
dictándole beldades a mi pluma.
Yo armaba, feliz, la poesía
pero holgazán no atinaba a
levantarme
a guardar el tesoro de ese
ensueño
en papiro eterno y tinta duradera.
La profundidad del sueño llegó
así
en mi goce poético nocturno
esperando la claridad de la
mañana
y escribir esos trazos tan logrados.
Y desperté al fin, buscando en mi
mente
pero… el poema ya no estaba!
Publicado en mi libro "Desde aquella Strelitzia". 2014
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