Se
alisan las piedras y desgastan con el paso
del
rio que las moja como viva imagen
de
los años desgastando vida
que
no es roca.
Se
han ido incluso los zorzales y calandrias
que
volaban rasantes sobre el río, ya no hay aves
en
este desgastado discurrir de tiempos
para
el hombre.
Pero
algunos rebuscan en el hondo y rico
contenido
de sus almas nuevas formas
afines
a su esencia y en plenitud proyectan
al
mañana.
Aún
las piedras, desgastadas por el agua, viven
fresca
la caricia que desgasta y en su entorno
aprecian
vida activa con luz que se engalana
en
tornasoles.
Publicado en mi libro "Desde aquella Strelitzia". 2014
Publicado en mi libro "Desde aquella Strelitzia". 2014
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