Quiso el sol asistirme en un soneto
cuando aterida estaba en mí la pluma
y no veía letras en la bruma
ni mis trazos pasaban de un boceto.
Y previo a que mi soplo se consuma
yo a su luz y consejos me someto
y voy al verso lleno, aunque escueto,
dejando que mi ser todo lo asuma.
Me recordó el sol que ando entre
maestros
ejemplares poetas siempre diestros
que marcan como el sol huellas en luz
y espléndidos sonetos nos regalan
de letras en belleza que nos calan
como lo hacen la espada y una cruz.
Recordando a eximios sonetistas que me
ayudaron con su
arte. Vicente Fernández-Cortés,
Vicente Vives, Rafael Zam-
brano, José Manuel F. Febles, Pedro
Javier Martínez, Tano
García-Pagé.
Publicado en mi libro "Desde aquella Strelitzia". 2014
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